La UNASUR. El hecho maldito de una Sudamérica semi-colonial

Las formas políticas, institucionales y jurídicas de la integración regional, así como sus definiciones propias de la economía política, reflejan proyectos en disputa para nuestra región.
Por Mariana Vazquez *

En el noveno aniversario de la asunción de Néstor Carlos Kirchner como Primer Secretario General de la Unión de Naciones Suramericanas (04-05-10)

“Nuestro Primer Secretario General (…), yo decía que es ‘nuestro primer presidente de Sudamérica’, (…). Nos ha dejado una lección, una tarea que hay que continuar. El mejor homenaje es seguir integrando a Latinoamérica.” Evo Morales Ayma, en ocasión del luto por Néstor C. Kirchner, octubre de 2010

El 4 de mayo de 2010 el ex presidente argentino Néstor Carlos Kirchner asumía como Primer Secretario General de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR). Había sido elegido por unanimidad, con una única abstención: la de la presidenta de la República Argentina, Cristina Fernández de Kirchner. La creación de la Secretaría General de la UNASUR era un hito central en el proceso de institucionalización de la integración sudamericana, en una configuración que, por primera vez en la historia, reuniría a los jefes y a las jefas de Estado del sur de América, sin la presencia de Estados Unidos.

Un poco de historia reciente. Del Área de Libre Comercio Sudamericana a la UNASUR

“[…] Apoyadas en la historia compartida y solidaria de nuestras naciones, multiétnicas, plurilingües y multiculturales, que han luchado por la emancipación y la unidad suramericana, honrando el pensamiento de quienes forjaron nuestra independencia y libertad a favor de esa unión […]:

[…]

Convencidas de que la integración y la unión suramericanas son necesarias para avanzar en el desarrollo sostenible y el bienestar de nuestros pueblos, así como para contribuir a resolver los problemas que aún afectan a la región, como son la pobreza, la exclusión y la desigualdad social persistentes […].”

Tratado Constitutivo de la UNASUR (2008)

Eran los tiempos de una efímera unipolaridad y del Consenso de Washington, del Plan Colombia y de las negociaciones para la conformación de un Área de Libre Comercio en las Américas (ALCA).Ya en el año 1993 el presidente de Brasil, Itamar Franco, había propuesto la conformación de un Área de Libre Comercio Suramericana (ALCSA), como una estrategia del gigante de América del Sur para hacer frente a la avanzada de EEUU. Esta “propuesta sudamericana”, liderada por Brasil, se limitaba a la creación de un área de libre comercio que tendría como núcleo central la integración comercial del Mercado Común del Sur (MERCOSUR) y de la Comunidad Andina de Naciones (CAN). Ésta se produciría finalmente, si bien con múltiples excepciones, en 2004.

En el año 2000, el presidente Fernando Henrique Cardoso fue anfitrión de una reunión de jefes de Estado de América del Sur inédita en la historia, en la cual propuso una cooperación regional en torno a cuatro ejes: democracia; integración física e infraestructura; lucha contra el tráfico de drogas; e información, conocimiento y tecnología. Estos mismos ejes serían recuperados en la creación de la Comunidad Sudamericana de Naciones (CASA), en 2004. Más allá del minimalismo y de la orientación hacia el libre comercio de la propuesta inicial, en términos geopolíticos la CASA comenzaba a integrar cuatro áreas claves: la Cuenca del Plata, la Amazonia, los Andes y el Atlántico Sur.

La UNASUR, creada en 2008, fue la expresión de un proyecto que trascendía ampliamente estos objetivos minimalistas de la diplomacia brasileña, plasmados en la CASA y sostenidos, incluso, durante el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva. Este proyecto, y el proyecto original, convivirían en tensión desde entonces.

La transformación del proyecto original dio cuenta de los cambios que estaban teniendo lugar en la dinámica política regional, que tenían como motor el mayor activismo de la Venezuela de Chávez, fuertemente crítica de los elementos estructurantes del proyecto brasileño inicial: de la convergencia entre el MERCOSUR y la CAN, por su formato liberal que fortalecía las asimetrías existentes y no promovía un desarrollo endógeno robusto y equitativamente distribuido; de las iniciativas propuestas de infraestructura, por ser funcionales a los intereses exclusivamente brasileños y/o de grandes empresas translatinas o multinacionales; etc. Tomando la propuesta venezolana, que fue acompañada por Bolivia y Ecuador, el tratado constitutivo de la UNASUR contempló las dimensiones política, económica (productiva), social y cultural de la integración, en un esquema multidimensional que daba un lugar secundario a lo comercial.

La UNASUR ha tenido logros sumamente importantes y de trascendencia histórica, fundamentalmente como espacio de concertación política y de defensa de la democracia, la estabilidad y la paz en la región, sin recurrir a países extra zona, sobre todo a los Estados Unidos de América. Se destaca su actuación en los procesos de desestabilización en Bolivia (2008) o en Ecuador (2010). Asimismo, se avanzó en una agenda multidimensional. Ha sido particularmente relevante la agenda de Defensa, con la creación del Consejo de Defensa Sudamericano y el inicio de la elaboración de una doctrina de defensa claramente diferenciada de las cuestiones de seguridad y centrada en los intereses de nuestra región, no coincidentes con los intereses de Estados Unidos o hemisféricos. La defensa de los recursos naturales, entre otras cuestiones, formaba parte de aquella agenda propia. También se destaca la labor de los múltiples consejos sectoriales. El área de salud fue emblemática en la construcción de una agenda sudamericana, anclada en la perspectiva de derechos, que promovió una diplomacia concertada en organizaciones multilaterales como la Organización Mundial de la Salud o acciones concretas de negociación conjunta para las compras públicas de medicamentos, en aras de fortalecer el acceso para las poblaciones de la región.

Néstor Kirchner, Primer Secretario General

El paso de Néstor Kirchner por la Secretaría General de la UNASUR fue de apenas seis meses, seis meses que dejaron una huella y un legado. Esos meses lo tendrían como protagonista de acontecimientos políticos más que significativos para una América del Sur marcada por una historia de inestabilidad política, desigualdad y fragmentación dependiente. Fue protagonista de la rápida respuesta de la UNASUR ante el intento de golpe de Estado en Ecuador en 2010, y el artífice del acuerdo entre Colombia y Venezuela, plasmado en el Acuerdo de Santa Marta, que garantizó la paz entre estos dos países sudamericanos. Como legado de este proceso y ante su fallecimiento, la Secretaría General de la UNASUR fue compartida por una Secretaria colombiana primero, María Emma Mejía Velez, y un Secretario venezolano después, Alí Rodriguez Araque. Néstor Kirchner, asimismo, recorrió incansablemente los Estados miembros de la UNASUR para lograr la ratificación del Tratado Constitutivo en 9 de ellos, por Congresos de colores políticos diversos, lo cual permitió que el mismo entrara en vigor en marzo de 2011. Finalmente, fue responsable de la instalación de la Secretaría Técnica que coordinaría la cooperación del bloque sudamericano con la República de Haití.

La UNASUR hoy

En el contexto del giro hacia la derecha de parte de la región, en algunos casos como resultado de golpes de Estado (Paraguay, primero, y Brasil, después), la UNASUR fue vaciada. Fue la presidencia pro tempore argentina a cargo de Mauricio Macri, entre abril de 2017 y abril de 2018, la encargada de profundizar este camino de implosión del bloque, no convocando a reuniones relevantes ni buscando construir los consensos necesarios para nombrar a su Secretario o Secretaria General, luego de la finalización del mandato de Ernesto Samper. Parte de este vaciamiento se había plasmado en la creación del Grupo de Lima, en agosto de 2017. 

En abril de 2018, exactamente cuando se iniciaba la presidencia pro tempore del Estado Plurinacional de Bolivia, el gobierno argentino, denunciando esa parálisis de la que había sido el principal responsable, abandonó su participación en la UNASUR, junto con los gobiernos de Brasil, Chile, Colombia, Perú y Paraguay.

A ello siguió la denuncia del Tratado Constitutivo. Primero lo hizo Colombia (03/18), y luego Ecuador (03/19). El golpe de gracia sería en abril de 2019, con la denuncia de Argentina, seguida por Brasil, el gigante del Sur y motor originario de la integración sudamericana.

PROSUR, el nuevo virreinato de una balcanización dependiente

“Sueño con serpientes, con serpientes de mar, con cierto mar, ay, de serpientes, sueño yo. Largas, transparentes, y en sus barrigas llevan lo que puedan arrebatarle al amor.”

Silvio Rodriguez

Por iniciativa de los presidentes Duque y Piñera, el 22 de marzo de 2019 tuvo lugar la 1ra Cumbre del Foro Progreso de América del Sur (PROSUR), en la cual se firmó la “Declaración Presidencial sobre la Renovación y el Fortalecimiento de la Integración de América del Sur”. Dicha Declaración fue firmada por Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, República Cooperativa de Guyana, Paraguay y Perú.

Este grupo, que en su declaración afirma tener como objetivo el fortalecimiento de la integración y la democracia en la región, reúne a gobiernos que han trabajado duramente, es indudable, para acabar con cualquier proyecto autónomo de unidad para la región, para promover el conflicto más que la paz, y para terminar con cualquier cosa parecida al principio de autodeterminación de los pueblos, en un alineamiento indudable con los Estados Unidos de América y su reactualización de la Doctrina Monroe.

La UNASUR, ese hecho maldito de una Suramérica semi-colonial

“La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá ¿Entonces, para qué sirve la utopía? Para eso; sirve para caminar.”

Eduardo Galeano

Las formas políticas, institucionales y jurídicas de la integración regional, así como sus definiciones propias de la economía política, reflejan proyectos en disputa para nuestra región. La UNASUR que tuvo a Néstor Carlos Kirchner como Primer Secretario General fue la heredera legítima de la muerte del ALCA, la hija de la voluntad política de construir un proyecto soberano, con un centro inicial en Sudamérica pero con proyección a América Latina y el Caribe. Unos años después nacería la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), con el mismo espíritu.

Con la creación de la UNASUR, Sudamérica se transformaría en una geografía en resistencia y autodeterminación, en dos sentidos. En lo estrictamente económico-comercial el MERCOSUR, ya con Venezuela como Estado parte desde 2012 y con Bolivia en proceso de adhesión, era el único espacio que no había claudicado en la firma de acuerdos de libre comercio asimétricos que caracterizaba a toda América Latina y el Caribe (cfr. CAFTA-RD, TLCAN, Tratado de Libre Comercio EEUU-Chile, Colombia, Perú, etc.). Con la UNASUR, Sudamérica reafirmaba su autonomía política, al tiempo que comenzaba a fortalecer espacios de cooperación autónoma en áreas clave, como la defensa, concebida desde una definición propia. Ese proyecto, asimismo, era profundamente democrático, al reconocer la diversidad política como esencial en su configuración. El Tratado Constitutivo de la UNASUR fue firmado, como señalamos, por gobiernos de diverso color político y ratificado por Congresos más diversos aún. En el caso de la República Argentina, por unanimidad.

En ese camino doble de resistencia y autodeterminación, no carente de tensiones y contradicciones, esta geografía paría un hecho maldito para la Sudamérica semicolonial. Es un lugar dependiente en lo económico y carente de posiciones soberanas en lo político el que busca restaurarse en la región desde el golpe de Estado en Paraguay. Corresponderá a los movimientos populares protagonizar una nueva gesta en la búsqueda de la unidad y la emancipación, para una definitiva independencia.

 

* Profesora de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad Nacional de Avellaneda. Investigadora de la Universidad Nacional de Lanús. Ex Coordinadora General de la Casa Patria Grande “Presidente Néstor Carlos Kirchner”.
Fernandez de Kirchner, Cristina. (2019). Una política exterior soberana. Buenos Aires: Colihue.

Sanahuja, José Antonio y Francisco Javier Verdes Montenegro. (2014). Seguridad y Defensa en Suramérica: regionalismo, cooperación y autonomía en el marco de UNASUR. En: Serbín, A., Martinez, L. y Ramanzini Junior, H., (coords.), Anuario de la Integración de América Latina y el Caribe 2013-2014.

Vazquez, Mariana. El MERCOSUR. Una geografía en disputa, Buenos Aires: CICCUS, en prensa.