Aníbal Quijano

La potencia decolonial en el Pensamiento Latinoamericano.
Por Carlos Godoy Quiñonez *

Hablar del pensamiento del recientemente fallecido sociólogo peruano Aníbal Quijano es, quizá, hablar de una de las más importantes actualizaciones de la tradición del pensamiento latinoamericano de nuestra época. Sobre todo al referirnos a sus últimos aportes, y más específicamente al potente concepto de la Colonialidad del Poder, el que el sociólogo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos sintetizó, cual antídoto urgente, tras casi 40 años de producción intelectual a inicios de la década de los 90 del siglo XX, y en torno al que se han ido nucleando con interés creciente a lo largo de la región Latinoamericana y del continente en general, otras personalidades de la academia, de movimientos sociales y líderes políticos, desde su primera sistematización en el artículo seminal Colonialidad y modernidad/racionalidad (1992).

Nueva crónica y buen gobierno - Felipe Guaman Poma de Ayala


Hablamos de una actualización, porque ciertamente no es posible atribuir a Quijano la idea de que, de alguna manera, más allá de su aparente independencia política, económica o territorial, América Latina continúa bajo un régimen colonial en lo que su propia cultura se refiere. El mismo Quijano recuerda el pensamiento de Guamán Poma de Ayala, quien a inicios del siglo XVII redactó sus Nueva Crónica (1600) y Buen Gobierno (1615), donde rechazaba el orden colonial y su lógica en detrimento de los pueblos indios del Perú colonial. Igualmente es indispensable recordar que a inicios del siglo XIX, Simón Rodríguez, mentor del libertador Simón Bolívar, sentenciaba: “¿Do?nde iremos a buscar modelos? La Ame?rica Espan?ola es original. Originales han de ser sus Instituciones y su Gobierno. Y originales los medios de fundar unas y otros. O inventamos o erramos” (Rodríguez, 2004). Constituyen, ambos, claros ejemplos de un pensamiento que va más allá de considerar nocivo para la región únicamente a la dominación política, económica y territorial, y se enfoca en la naturaleza de dominación inherente que implica la adopción, como norma y guía en el desarrollo de la sociedad latinoamericana, de la cultura y conocimiento emanado de la metrópoli para aquella época.

Durante la primera mitad del siglo XX, constituidas plenamente como repúblicas independientes las actuales naciones de la región, otros grandes exponentes del pensamiento latinoamericano interpretaban el mito de la modernidad europea –que ha sido presentada y asumida como punto culmine de la civilización-, como falso parámetro y horizonte de progreso y desarrollo de los pueblos del mundo. El argentino Manuel Ugarte es diáfano al respecto cuando señala, en su escrito Política Colonial, que:

Cuando las grandes naciones tienden sus brazos de conquista sobre los pueblos indefensos, siempre declaran que sólo aspiran a favorecer el desarrollo de las comarcas codiciadas.
Pero, en realidad, bien sabemos todos en qué consiste la civilización que se lleva a las colonias. Los progresos que se implantan sólo son útiles a menudo para la raza dominadora (1922).

José Carlos Mariátegui, a quien llamaban “Amauta” -que significa maestro en quechua-, también había apuntado la influencia colonial en el ámbito de la educación en su célebre obra 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana, publicada en 1928, en donde de forma igualmente clara y contundente denunciaba, al referirse a la influencia española, francesa y norteamericana en la instrucción pública del Perú que:

La educación nacional, por consiguiente, no tiene un espíritu nacional: tiene más bien un espíritu colonial y colonizador. Cuando en sus programas de instrucción pública el Estado se refiere a los indios, no se refiere a ellos como a peruanos iguales a todos los demás. Los considera como una raza inferior. La República no se diferencia en este terreno del Virreinato (1928).

La segunda mitad del siglo XX, con los gobiernos populares y procesos revolucionarios abiertos en América Latina tras la segunda guerra mundial, vio surgir otras interpretaciones respecto del fenómeno de la colonización, alimentadas a su vez por los procesos de descolonización que se llevaban adelante, no sin dificultad, en países de África y Asia. En el cono sur Arturo Jauretche, en su obra Los profetas del odio y la yapa (la colonización pedagógica) del año 1957, establece que: “En la Argentina, en un largo período […] la colonización ha sido casi exclusivamente pedagógica, porque la forma más molesta, la intervención directa del poder político extranjero, no ha existido” (1957).

Otra interpretación sobre el tema de la colonización que surgió, fundamentalmente desde el prisma económico, durante esta segunda mitad del siglo XX, fue la de la Teoría de la Dependencia, la cual cobró peso de la mano de pensadores como Theotonio Dos Santos, Andre Gunder Frank, Vania Bambirra, Ruy Mauro Marini, Celso Furtado, Edelberto Torres –Rivas y el mismo Aníbal Quijano. Para esa misma época, en Argentina Fermín Chávez apuntaba en La cultura en la época de Rosas. La descolonización mental, que:

"Desde hace muchos años los argentinos venimos haciendo, cotidianamente, actos de descolonización mental. Existen pueblos que deben plantearse problemas esenciales de autoconciencia. Hace ya muchos años surgió y se consolidó en nuestro país una nueva escuela histórica, de interpretación del pasado y de crudas revelaciones de autoconciencia, que ligeramente se la designó con el nombre de revisionismo. Yo propongo para este movimiento cultural la denominación de Historia de la Descolonización" (1973).

Otros aportes para comprender la matriz de poder colonial que atraviesa las relaciones sociales, políticas, económicas y culturales de nuestra América Latina, fueron desarrollados desde México por Pablo González Casanova, quien en abril de este año fue nombrado Comandante Contreras del Comité Clandestino Revolucionario Indígena del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (CCRI-EZLN), y quien en el último cuarto del siglo XX desarrollara su teoría del Colonialismo Interno. También nos es dado enumerar acá el trabajo del sociólogo guatemalteco Carlos Guzmán-Böckler, quien se acercara mucho a la formulación de lo que Quijano entendió como Colonialidad del Poder en su ensayo Donde enmudecen las conciencias: crepúsculo y aurora en Guatemala, de la década de 1980.


Aníbal Quijano, la incansable tarea de comprender la realidad latinoamericana

Los aportes de Aníbal Quijano a la interpretación de la realidad latinoamericana son producto de la reflexión constante que inicia con la necesidad de comprender social, política, económica y culturalmente su Perú natal. Compleja y convulsa, la realidad a inicios de la década del 60 enfrenta al país andino con la necesidad de reconstituir el pensamiento científico social -que en el Perú había sido, por así decirlo, clausurado durante 30 años- con el fin de encontrar soluciones a los acuciantes problemas sociales desde una lógica de la “modernización” del Perú. Algunos aportes de Quijano en esa primera etapa gravitan en torno a la cultura, la marginalidad y el pensamiento de José Carlos Mariátegui.

Ya desde aquella época Quijano veía claramente infecunda la aplicación mecánica de las teorías desarrolladas en Europa y los Estados Unidos de Norteamérica para el estudio de las sociedades latinoamericanas. La siempre viva y diversa presencia de los pueblos indígenas, afrodescendientes y mestizos con sus culturas y recorridos históricos, hacían necesaria para Quijano una reinterpretación que diera mejor cuenta de la historia y desarrollo de las sociedades de América Latina, aportando mejores puntos de partida para la búsqueda de soluciones a las problemáticas que aún persisten.

Hacia la última década del siglo XX, Quijano condensa las reflexiones de cuatro décadas, como hemos señalado al principio, en un aporte teórico hoy central en el pensamiento crítico latinoamericano: el de la Colonialidad del Poder, con el que revitalizará el pensamiento decolonial y con él a la investigación, la reflexión y la reorientación tanto epistemológica, como política desde la experiencia histórica latinoamericana. Las potencialidades de su planteamiento para la reinterpretación de las relaciones de poder y dominación a nivel global llevó a la conformación del grupo Modernidad/Colonialidad, que aglutina a académicos e investigadores entre quienes encontramos, además del propio Quijano, a Enrique Dussel, Zulma Palermo, Walter Mignolo, Edgardo Lander, Catherine Walsh, Santiago Castro-Gómez.

A pesar de la heterogeneidad y riqueza de los planteamientos independientes de los intelectuales antes mencionados, el poder explicativo del concepto de Colonialidad del Poder ha valido para que durante el transcurso de las primeras dos décadas de este siglo, muchos de ellos estén consolidando toda una corriente conocida como “Pensamiento Descolonial”, y dentro de la cual se busca deconstruir la matriz de poder en las relaciones de dominación no solo interculturales, sino también las intergénero e intersexuales, las de clase, las etáreas y las de discapacidad.

En este sentido, el de Aníbal Quijano ha sido un aporte insoslayable para contrarrestar el relativismo y la dispersión de demandas sociales implícitos en el discurso de la posmodernidad que quiso instalarse nuevamente desde las metrópolis del poder; así como ha sido un aporte para reafirmar la naturaleza capitalista, colonial, moderna, eurocentrada y patriarcal del sistema mundial, y que subyace al pensamiento único celebrado como triunfante en su versión neoliberal, así como para construir como alternativa, lo que Enrique Dussel ha denominado, en su obra Filosofías del Sur. Descolonización y Transmodernidad, como:

[…] el diálogo transversal de las diferencias: la posibilidad de articular el pensar crítico de los movimientos feministas, ecologistas, antidiscriminacionistas entre las razas, de los pueblos o etnias originarias, de las culturas agredidas, de los marginales, de los inmigrantes de los países pobres, de los niños, de la tercera edad, sin olvidar la clase obrera y campesina, los pueblos del antiguo Tercer Mundo, las naciones periféricas empobrecidas… las “víctimas”(usando la denominación de Walter Benjamin) de la Modernidad, de la colonización y del capitalismo transnacional tardío (2015).
* Lic. en Sociología (Universidad de la Habana). Miembro del CEIL “Manuel Ugarte” (UNLa). ”. Participa de proyectos de investigación relacionados a la colonialidad del poder, colonización cultural y pedagogía. Compilador de diversas obras.