Todas las voces todas

Un recorrido por la obra de Luciana Jury.
Por Ernesto Dufour y Julio Cardoso *

Leopoldo Zea nos advertía sobre la necesidad de hacer un atlas etnocultural de América Latina que refleje su geografía profunda aquella que los mapas no pueden reflejar. El despojo de los pueblos nuestroamericanos no solo se manifiesta en el saqueo de recursos naturales y de las soberanías populares sino, además, a través de la invisibilización por parte de las elites ilustradas de sus saberes, sentires y los modos de vivenciarlos y expresarlos. Profetas del odio y de la estigmatización ahora reseteados al calor de los nuevos sistemas de prestigio, ahora multimediático y tecno-comunicacional. La disputa también es estética, se da en la lucha por las formas.

La historia nos enseña que la cultura popular es una trinchera (¿o atalaya?) frente a las estrategias de dominación que constantemente nos compelen y asfixian. “Nuestro método es el mercado, nuestro objetivo es el alma”, decía Margareth Tacher. Nada más ni nada menos, en tiempos en que –según parece- los poderes fácticos disponen de los modos de lograrlo.

Cuando las certezas surgidas desde “lo político” -entendido como mero subsistema de acciones e ideas más o menos estandarizadas- se nos escurren entre las manos y nos quedamos, exhaustos, haciendo ademanes en el aire, la cultura popular, siempre desbordante, abre, vivifica, deviene un lugar donde poder respirar y - lo sabemos- no hay movimiento sin aire...

Luciana Jury es una de la voces más atractivas de la música popular argentina. Es sobrina de Leonardo Favio, uno de los mayores creadores del cine argentino, e hija de Zuhair Jury, escritor, cineasta, músico, pintor y guionista de todas las películas de su hermano Leonardo. Aborda tanto obras anónimas de transmisión oral como temas de reconocidos compositores, como Chango Rodríguez, Simón Díaz, Violeta Parra, Lhasa de Sela, Raúl Carnota y Francisco Canaro, Lusi Alberto Spinetta hasta Rafaela Carrá. Escuchándola, se nos revela heredera de cantantes como Chavela Vargas, Liliana Herrero, o incluso Janis Joplin, al decir de la critica especializada.

Invitamos a “respirar” su obra a través de sus palabras y canciones...

Quisiera que salga un tigre

“Mi voz tiene que ver con los sonidos de este conurbano donde yo vivo, que está lleno de provincianos añoradores y nostalgiosos de su tierra -como mi padre o como mis vecinos, que llegaron de Tucumán, de Corrientes, de Mendoza, de todas partes- mezclados con la sonoridad del tango y con las voces rockeras y con la cumbia. Tengo 42 años. Crecí rodeada de música internacional, de músicas urbanas y músicas provincianas. Todo eso está en mí. Y si te ponés a escuchar mi forma de cantar, te vas a dar cuenta que yo no tengo un solo molde vocálico. No tengo ni uno, ni dos, ni tres… tengo un montón de voces, unas sobre las otras. Mi forma de cantar es como un eco de este paisaje enquilombado del conurbano, donde todo se mezcla y se vuelve a mezclar constantemente”.

“Ella ya me olvidó”

“(…) más allá de los mandatos del género, yo siento que está su perfume, el impulso vital que hizo que esa canción naciera, no importa cuándo ni dónde, la estamos escuchando ahora. No busco la nueva canción. Busco la nueva canción en la canción olvidada”.

“En tu pelo” de Javier Solís

“Yo siento que soy compositora, no solo porque efectivamente he compuesto algunas canciones de las que canto, sino también porque recompongo las canciones de otros. A lo mejor no suena bien para los que no se sienten rosistas, pero yo me siento una Restauradora de las Canciones (risas).”

Lola, Raffaella Carrá


Una de las características de la obra de Luciana en su forma de apropiarse de las canciones, es una suerte de “cubismo sonoro” que mediante recursos como el grito, el cambio de registro, el histrionismo, empuja el drama expresivo al límite. Nos propone una catarsis, desfragmenta lo preconcebido. Un incomodar (nos) para volver a construir(nos) en el aquí y ahora continuo en el nuevo orden expresivo que habilita la canción.

“Traigo canciones muy antiguas, que hoy suenan sumamente exóticas y al pasarlas por el cuerpo, acá, ahora, los que no las conocen las perciben como muy novedosas. Seguramente cualquier paisano de la provincia de buenos aires que escuche un estilo cantado por mí diría “eso no es un estilo”.

Sambita del caminante

“Yo creo que la voz se hace en las experiencias de la vida. No se tiene la misma voz toda la vida. La voz de una piba de 15 o de 20 no es la misma que la voz de los 40. Pasan cosas y todo eso se documenta en la voz. También es verdad que desde muy chiquita yo disfrutaba imitando, copiando las voces que por alguna razón me tocaban. Pienso que en ese juego mi cuerpo fue acumulando muchos registros distintos, que ahora afloran al momento de cantar. Esto es algo que yo alimento. Trabajo con esa memoria sonora”.

“En el fondo del mal” de/con Gabo Ferro. Disco El “veneno de los milagros”

“Por este camino encontré la posibilidad de cruzarme con formas de otras culturas, de tomar cosas de acá y de allá. Yo tengo un gran changuito y lo voy cargando con lo que encuentro, con lo que me conmueve. Pienso que entregarse a ese viaje sin perderse solo es posible si una sabe quién es y de dónde viene. Pero no es un saber de la cabeza. Es más bien un saber del corazón. Una siente que podría tener parientes en todas partes. Se arma así una especie de universalidad trascendente. Yo siento un emparentamiento existencial, sonoro, con Janis Joplin, aún sin sabés lo que está cantando. Lo mismo con Nina Simone, Lhasa de Sela...

La Celestina de Lhasa de Sela

“Empecé con el rock, a pesar de que hay infinidad de cosas que yo detesto del rock argentino, sobre todo cuando el género se queda en la cáscara de sus formas. Pero cuando oís a Spinetta, por ejempo, pasa otra cosa. Yo no podría decir dónde está la argentinidad de su música. Pero sí puedo decir que este hombre argentino vino a traer la libertad a un género, lo rompió y lo hizo de nuevo. Esto no tiene que ver especialmente con marcar una identidad. Tiene que ver con saber quién sos, de dónde venís y cómo hacés tu viaje”.

“Post Crucifixión" de Luis Alberto Spinetta versión de Luciana Jury. Del disco En desmesura

“Creo que tanto mi forma de cantar como lo que elijo cantar son una manera de hacerme esas preguntas internas que todos tenemos y que necesitamos contestar de algún modo. Son el camino que yo encontré para decir algo sobre los dolores y las dichas que se tienen al vivir la vida. Y cada vez me parece más claro que mi canto es el producto de mi asombro por la vida misma y también por el espanto que me dan algunas cosas del mundo. Esa tremenda existencia del mal, sin vueltas, por ejemplo. Porque el mal existe, parece... Y eso nos llena de confusión y nos empuja hacia un terrible desconocimiento del amor… Si yo no hubiera tenido la familia que tuve, tal vez me hubiera quedado, como en mi adolescencia, impactada por la figura de Tom Cruise en “Top Gun” y ahora estaría buscando la felicidad en los valores y metas que nos venden esas películas… Pero ahí estaban mi padre y mi madre. Ellos me llenaron la infancia y la adolescencia de músicas y de comentarios emotivos acerca de cada canción que se cantaba o se escuchaba en casa. Es gracias a ellos que yo voy hacia esas músicas que me conmueven el alma. Primero, la música de los pueblos, sobre todo los de nuestra región, para saber de dónde vengo y cuáles son esos sonidos que habitaron y habitan este territorio. Después, todo nuestro continente. Y poco a poco, descubrí que hay un montón de gente que ha hecho una búsqueda similar y que está dando vueltas alrededor de esas sonoridades. Somos una tribu”.

Cuando el amor se aproxima. Zahir Jury

“Arranqué con el rock, porque en ese mundo encontré una sonoridad estallada que me ayudó mucho cuando volví a hacer folclore. Volver a través del rock me permitió romper y ensanchar esos límites expresivos en los que para mí estaba el mundo visible del folclore. Eso me conectó con formas que se oyen poco en los medios de comunicación. Todo el folclore latinoamericano está lleno de estallidos, sobre todo en sus modos ancestrales de cantar. En Argentina, en Bolivia, en Colombia, en todas partes. Leda Valladares fue una de las que hizo visibles para la ciudad esas sonoridades poderosamente conmovedoras de las copleras y bagualeras y las relacionó con el grito del rock. Yo siento que hay una verdad ahí. Si vos te entregás a las voces de Janis Joplin y de Gerónima Sequeira te vas a dar cuenta que esos modos de cantar vienen de un lugar tan hondo y tan genuino que las sitúan más allá de las formas. Hay una verdad ahí que te golpea directamente en el pecho. Y cuando hay verdad, no importa de dónde viene. Las fronteras caen”.

“Volviendo”

“Empecé con el rock, a pesar de que hay infinidad de cosas que yo detesto del rock argentino, sobre todo cuando el género se queda en la cáscara de sus formas. Pero cuando oís a Spinetta, por ejempo, pasa otra cosa. Yo no podría decir dónde está la argentinidad de su música. Pero sí puedo decir que este hombre argentino vino a traer la libertad a un género, lo rompió y lo hizo de nuevo. Esto no tiene que ver especialmente con marcar una identidad. Tiene que ver con saber quién sos, de dónde venís y cómo hacés tu viaje”.

Actualmente Luciana Jury se encuentra trabajando un disco donde predominan los colores sonoros latinoamericanos..

“(…)quiero levantar una bandera orgullosa de la sonoridad de nuestra Latinoamérica porque yo necesito que nos sintamos unidos pues, (…) quiero sacar un disco con estas sonoridades latinoamericanas porque somos esto, es precioso lo que somos, somos hermosa gente, tenemos una cultura bellísima, dolorosa, pero también muy colorida y muy variada, y bueno, conozcámosla y no la desoigamos quiero cuatro, quiero tiple cubano, quiero maracas, quiero arpa, quiero sonoridad y colores latinoamericanos, es ese mi anhelo …”

Compartimos a continuación una selección musical para conocer la escucha de Luciana Jury, los temas que la movilizan...

Elisa Soares (Brasil)
- La Carne (negra)

Cida Moreira (Brasil)
Construcción, de Chico Buarque

Chavela Vargas (Mexicana nacida en Costa Rica)
Que te vaya bonito

Liliana Herrero (Argentina)
Oración del remanso, de Jorge Fandermole

Concha Buika (España)
Nostalgias, de Cobián y Cadícamo

Lhasa de Sela (Mexicana-estadounidense)
El pájaro

Cierra ( ¿o abre?) Luciana Jury:

“Creo que es un buen momento para limpiarnos y decidirnos por un proyecto que se oriente hacia la conquista de la igualdad y la justicia. Tomar las bases de aquel peronismo que nos abrazó y con el que tuvimos la posibilidad de tener derechos y dignidad y abandonar lo que nos hizo daño, porque el peronismo también nos ha hecho mal… hay que decirlo. Hay otros que luchan mucho más que yo. No sé, diría como contesta Gatica: “es que yo no sé nada de política, yo soy peronista”. Es lo que puedo decir: también en la política me mueve un amor, amor a mi pasado y hacia nuestra propia existencia. Lo que yo hago es esto: cantar. Y en cada canción hay para mí un homenaje a la gente que me construyó y a la gente que me ha venido acompañando en la vida. No tengo ninguna otra razón para cantar que el deseo de devolver amorosamente lo recibido. Por eso siento los conciertos como encuentros donde nos hacemos un servicio mutuo. Toda la sonoridad de lo vivido resuena ahí como una energía limpiadora y liberadora para que nos ocurran cosas buenas. Para nosotros, para esta región del mundo. Esa es la razón madre de mi canto”.

O como dice la letra del tema a continuación...

“Los tigres andan sueltos en pliegues y en abrigos / la abeja reina sirve en la aguja del pino / Golpeaste tanto el suelo, que salieron a abrirte / y te tragó la tierra de un solo gesto simple / Entonces tragué espejos para hacer laberintos / para hacer infinitos de cosas buenas y malas / Vi rostros, cuerpos, fantasmas duros, alegres y tristes / vi cosas que no te cuento porque no pueden decirse / No me importa lo que viste; me importa lo que vi yo / Tanto confiar en tu voz me dejo en esta angostura / sin flor y sin hermosura, puro filo y en barranca / de una eternidad que espanta la calma de un mar feroz / A orillas de la manzana solo queda dar el salto / ¿Cómo puede costar tanto lo que da felicidad? / ¿Será el miedo a perder algo? ¿A romperse? ¿O a quebrarse? / Quien no para de guardarse es a quien le va a faltar / No veré desolación donde solo hay soledad / ni viento ni un huracán donde haya un soplo desnudo / ni cosmos ni tres mil mundos donde supimos estar / voy a volver a mirar y a aprender a andar fecundo / Es que no fuimos dos cuerpos; es que fuimos otro mundo / un universo profundo entre cosas cotidianas / que no son buenas ni malas mientras vayan orbitando / pero un veneno aguardando cuando no se mueven más”

El extrañante, de Gabo Ferro

 

* Ernesto Dufour es Licenciado y doctorando en Geografía de la UBA. Integra el CEIL Manuel Ugarte y el Ob. Malvinas (UNLa) / Julio Cardoso fue el primer director del CEIL Manuel Ugarte (UNLa) y del Observatorio Malvinas (UNLa).