Malvinas en el aula. Pedagogía de la emoción

A diez años de la creación del Grupo de Investigación Oral y Regional del Instituto Jesús Obrero de la ciudad de Mar del Plata, los/as autores/as componen un cálido relato sobre la experiencia de trabajar Malvinas en el aula.
Por Por Pablo Melara*, Luisina Palomba** y Florencia Suriani*** *

Este trabajo presenta un acercamiento a una experiencia áulica relacionada con el estudio de Malvinas en la escuela secundaria. Particularmente, nos referimos a la labor de GIHOR (Grupo de Investigación de Historia Oral y Regional), no sólo como un espacio de estudio, sino también como una herramienta que permite establecer diálogos entre diferentes generaciones. En este sentido, destacamos que actualmente el equipo está compuesto por profesores que antes formaron parte de GIHOR como estudiantes. Por estos motivos es que hablamos de esta experiencia como algo que excede lo meramente académico, ya que implica compartir con el otro. Y es justamente este compartir (y convivir) lo que comienza en el aula y se profundiza en GIHOR. Como leerán a continuación, pensamos que esta dinámica tan particular es la que favorece y enriquece el intercambio de ideas y experiencias.

 

Introducción

 

Este año se cumplieron cuarenta años del conflicto bélico del Atlántico Sur. La guerra comenzó primero en Georgias y luego en Malvinas. Uno de los momentos más tristes fue, sin duda, el hundimiento del General Belgrano. Como argentinos admiramos el valor de los aviadores argentinos que, pese a sus arriesgadas maniobras, no pudieron evitar que los ingleses desembarcaran en San Carlos, al norte de las islas. Una de las primeras batallas terrestres fue en Pradera del Ganso. El 11 de junio comenzó la batalla final. Cada combate llevaba el nombre de algunos de los cerros que rodeaban las islas: Tumbledown, Dos hermanas, Sapper Hill, Harriet Wireless Ridge, entre algunos de ellos. Longdon fue considerado el combate más sangriento.

Luego de la última batalla, comenzó el silencio. Desde ese entonces, Malvinas entró en un clima de hermetismo, de olvido… Luego, esta situación recibió el nombre de “desmalvinización”. Y es en ese contexto que se construyeron las explicaciones sobre el conflicto bélico del Atlántico Sur de 1982. Pese a ser la única guerra internacional que protagonizó nuestro país en el siglo XX, el campo de las ciencias sociales no produjo un estudio profundo y complejo sobre Malvinas en las primeras décadas. Las referencias de los académicos suelen limitarse, tal como sostiene la antropóloga Rosana Guber, a una serie de afirmaciones deplorando aquella “guerra absurda” con la cual “un general borracho” había llevado a la muerte a “muchachos de 18 años sin instrucción ni equipamiento”, para enfrentar a “la segunda potencia de la OTAN”. Es decir, a la hora de analizar la guerra, el énfasis está puesto en verla como “algo de los militares” (Guber, 2001).

Estas visiones simplistas están lejos de explicar la guerra. Esta cuestión y estas explicaciones se replican en una gran cantidad de aulas argentinas. De Malvinas no se habla, se habla poco, o se simplifica la guerra. Estas son algunas de las razones que explican por qué la desmalvinización se hizo fuerte en el salón de clases.

 

¿Cómo se vence la desmalvinización? Con educación. 

 

Algo que reafirmamos este año de aniversarios, tan intenso y lleno de actividades es la importancia de las redes que se establecen entre investigadores, docentes y, por supuesto, estudiantes. Estas son las que nos permiten abrir y profundizar, año a año, el debate. En este sentido, bregamos por la remalvinización en clave latinoamericana a través de la permanente puesta en cuestión de la "desmalvinización". Por esa razón, nos parece importante partir del título de la sección de esta revista [Cultura e identidad de la Patria Grande, N. del E.] para empezar a contar nuestra experiencia de trabajar con Malvinas en la escuela.

Una de las primeras preguntas que pueden surgir es ¿cómo pasar de la Patria Grande al aula? A la cual no podríamos más que responder con otra ¿cómo no hacerlo? Puesto que existe una indudable relación entre educación y descolonización cultural, no hay mejor lugar para comenzar a descolonizar que el aula, porque la Patria Grande debe comenzar por conocer la historia propia para construir la colectiva. En esta línea, Malvinas es el tema ideal para poder hacerlo ya que nos presenta el desafío como docentes y estudiantes de encontrarnos con nuestra historia reciente. Nos permite reconstruir lo sucedido a partir de un panorama amplio compuesto por distintas visiones, testimonios y pensamientos de un mismo hecho. Favorece la construcción de una mirada crítica a partir de la manipulación de diferentes fuentes que se pueden contradecir y así llevar a una investigación más profunda. Pero, lo que consideramos más importante, nos brinda la posibilidad de entrevistar a sus protagonistas ¿y qué mejor manera de aprender la historia propia que escuchándola de boca de quienes la hicieron y la vivieron?

 

Flores en el Mar (2014), acrílico sobre tela, 150 x 180 cm, América en colores, colección Malvinas es porque está.

 

Voces de Malvinas. Pedagogía de la emoción.

 

El GIHOR (Grupo de Investigación Oral y Regional) se fundó en el año 2012 en el Instituto Jesús Obrero de la ciudad de Mar del Plata. El objetivo original era que los estudiantes secundarios próximos a graduarse contaran con herramientas que les fueran útiles en su vida académica: elaboración de monografías, defensas orales, utilización de diversas fuentes, etc. Quienes así lo quisieran, de manera extraprogramática, podían sumarse para realizar un trabajo de investigación que finalmente sería expuesto por ellos mismos en el Congreso de Historia Regional que todos los años organiza el Gabinete Marplatense de Estudios Históricos Regionales. No obstante la meta original, este fue sólo el comienzo de un gran camino.

Hoy por hoy, GIHOR es un lugar donde se proponen el análisis y discusión de Malvinas y la desmalvinización, ubicándola en el contexto más amplio del comienzo de la transición democrática. A partir de ellos, se problematizan las relaciones entre historia y memoria, a través de la utilización de testimonios orales en el estudio de Malvinas.

Pero ¿cómo hacemos eso dentro (y fuera) del aula? De múltiples maneras, ya que son muchas las actividades que los alumnos desarrollan. Además de estudiar material bibliográfico sobre el conflicto, éstos manipulan diversas fuentes de información a las que tienen acceso de manera directa y personal. Por un lado, mediante las entrevistas a ex combatientes (tanto en el colegio como en el Centro de Ex Soldados Combatientes en Malvinas) y, por el otro, a través de las visitas a distintos espacios dedicados a recordar el conflicto, como museos, bibliotecas y monumentos.

A lo largo de estos diez años, el grupo fue mutando y transformándose de muchas maneras. Se pasó de una participación mínima de cinco estudiantes a tener una promoción completa investigando. En los comienzos la redacción de un libro era inimaginable; hoy por hoy podemos afirmar que es algo que hacemos y que seguiremos haciendo de manera anual. En el 2016, se tomaron los trabajos de los estudiantes que participaron en el I Congreso de Historia Oral para estudiantes de Escuela Secundaria desarrollado en Pergamino y con ellos se realizó el primer libro. En ese entonces, la iniciativa surgió como una manera de cerrar un año muy exitoso del proyecto. Lo que no esperábamos es que ese éxito continuara en la promoción siguiente.

Y es que estudiar contagia. Cuando los alumnos regresaron del Congreso compartían con compañeros de otros años su experiencia y esto fue muy importante porque es lo que nos permitió establecer una base sólida de participantes. Esa también fue la razón que habilitó, a partir del 2016, la publicación de un libro como manera de cerrar cada uno de los años. Conocimos mucha gente en este tiempo. Muchas personas supieron apreciar e involucrarse con nuestra forma de pensar la educación. Hoy, después de diez años la palabra GIHOR tiene otro peso, un camino, una trayectoria que le hace eco. Inclusive en nuestra propia institución existe una “leyenda” sobre aquellos primeros cinco chicos que estudiaban fuera de hora. Algunos de nosotros pasamos de ser alumnos a ser profesores dentro del grupo. Y hoy los horizontes son otros. Los viajes antes impensados son en nuestro presente una motivación más, una forma de involucrar a los adolescentes con lo que hacemos y de compartir con ellos afuera y adentro de la escuela de manera simultánea.

 

Malvinas: Cartografía de nuestros propios sueños (2020), encáustica sobre madera, 70 x 50 cm, América en colores, colección Malvinas es porque está.

 

Es importante aclarar que nosotros utilizamos la metodología de la historia oral para trabajar esta temática. Por esa razón, es vital partir de la definición de ese concepto. Laura Benadiba, una especialista en el tema lo define como:

un procedimiento establecido para la construcción de nuevas fuentes para la investigación histórica, basándose en testimonios orales recogidos sistemáticamente a través de entrevistas, a partir de métodos, problemas y parámetros teóricos concretos. Así el posterior análisis de este tipo de fuente implica el reconocimiento del marco teórico y metodológico en el que estas fuentes se construyeron (2014, p. 9)

En los últimos años, esta metodología ha ido ganando un lugar de relevancia en la disciplina histórica, permitiendo abordar temas y protagonistas ignorados por la historia tradicional. Y, desde nuestro posicionamiento educativo, entendemos por qué está en expansión y por qué resulta tan atractiva para nosotros y también para nuestros estudiantes, ya que lo observamos diariamente en nuestras aulas.

Otra característica importante de nuestro grupo es la interdisciplinariedad. Esta nos permite tener distintas perspectivas sobre los objetos de estudio y sobre la educación. Gracias a ella, también surgen fructíferas ideas que nos permiten (re)pensarnos como equipo.

En este sentido, creemos que es necesario explicitar el posicionamiento educativo que compartimos y que se basa en desarrollar lo que llamamos una “educación convivial”. Para elaborar este concepto, partimos de la noción de “convivio” elaborada por Jorge Dubatti. En pocas palabras, esta se define como el encuentro en un lugar y tiempo preciso sin ningún tipo de intermediación tecnológica, lo que permite la sustracción en tiempo presente de ese grupo de personas en un momento que no puede ser recreado de ninguna otra manera (Dubatti, 2015, p. 45). Los invitamos a leer sobre este interesante concepto ya que no pertenece al campo de la didáctica, sino que es del teatro, pero es una gran herramienta que nos permite dar cuenta de una manera más amplia de lo que sucede con este proyecto. Consideramos que el encuentro de docentes, estudiantes y las personas a entrevistar en un aquí y ahora preciso generan un ambiente que incentiva la producción de aprendizaje significativo.

Una de las mayores ventajas de esta “educación convivial” es que los estudiantes aprenden a cumplir diferentes funciones. Por ejemplo: aprenden a desempeñarse como entrevistado, entrevistador, público, moderador, fotógrafo, sonidista, cronista y camarógrafos... Al realizar una entrevista, todos estos papeles son desempeñados y cada uno requiere un código particular. También hay un aprendizaje significativo en tareas de producción escrita de los trabajos con su tiempo, organización y corrección; pero también las tareas de producción técnica que conlleva realizar las entrevistas: sonido, edición, grabación, set up… Finalmente, una de las facetas que más se desarrollan se vincula con la puesta en escena: pensamos en las ponencias, jornadas y congresos como momentos performáticos en los que la presencia juega un papel esencial.

Este año, GIHOR fue invitado a participar del Proyecto Voces de Malvinas, que lleva adelante el Observatorio Malvinas de la Universidad Nacional de Lanús. Voces de Malvinas registra testimonios de los protagonistas argentinos de la guerra de 1982 para preservarlos en el Archivo de las memorias de los/las combatientes, instrumento indispensable para un abordaje integral del conflicto bélico. La perspectiva de los actores, expresada en los testimonios, aporta elementos significativos y novedosos para dar cuenta de la complejidad. Los testimonios permiten estudiar aspectos desconocidos y/o silenciados de la guerra de Malvinas.

Nos proponemos recuperar las Malvinas, pero antes es indispensable recuperar nuestras memorias e historias de la guerra.

 

Conclusión

 

Gracias a nuestra experiencia, podemos afirmar que el hecho de poner el cuerpo literal y figurativamente, les permite a los estudiantes apropiarse de la historia de una manera más íntima. En esta línea, un clima áulico en donde predomine el convivio es central ya que favorece este tipo de relación personal con el objeto de estudio y se genera un espacio en donde se valida la subjetividad de los estudiantes.

Pensamos que fomentar este tipo de experiencias áulicas es vital para propiciar un aprendizaje significativo y también el desarrollo del pensamiento crítico en los estudiantes. Además, consideramos que esto es especialmente importante al trabajar con la Cuestión Malvinas ya que esta implica necesariamente una visión más amplia y no hay lugar mejor para adoptar esa mirada que el aula. En este sentido, nos gustaría retomar las palabras de uno de nuestros primeros entrevistados: Jorge Gómez, responsable de la biblioteca “Malvinas Argentinas”, en la ciudad de Santa Clara del Mar. Cuando le preguntamos cuál era su mirada sobre Malvinas en la actualidad, Jorge nos dijo:

Más allá del poder político que tengas, Malvinas nos une a todos… Podés ser del PRO, de izquierda, socialista, del medio, peronista, radical, lo que sea…y el tema Malvinas…todos coincidimos en que las Malvinas son argentinas [...] …Durante 150 años se rieron de nosotros con la diplomacia […] hay que unir a toda Latinoamérica y hacer un compromiso fuerte de que las Malvinas no son más argentinas, son latinoamericanas.

Por esa razón, también queremos reponer algunas palabras de la convocatoria de esta revista que, en relación al término Latinoamérica, menciona “...no solo remite a una definición geográfica, histórica y política sino también identitaria, desde una dimensión socio-cultural…”. En la misma línea, creemos que nunca hay que perder de vista el hecho de que la educación siempre debe implicar una conciencia geográfica, histórica, política, sociocultural e identitaria; en pocas palabras, latinoamericana.

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*Prof. y Lic. en Historia por la UNMdP. Docente del Instituto Jesús Obrero. Como investigador se especializa en el Conflicto del Atlántico Sur de 1982. Ha escrito “Malvinas: Sentir la Guerra” (2011) y “El San Luis. Memorias de un submarino argentino en la Guerra de las Malvinas” (inédito).

**Prof. en Letras (UNMdP). Docente del Instituto Jesús Obrero.

***Prof. en Letras egresada de la Universidad Nacional de Mar del Plata. Actualmente es becaria EVC-CIN. Docente del Instituto Jesús Obrero.

Bibliografía consultada

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- Melara, Pablo (2011). Malvinas: Sentir la Guerra. Mar del Plata: Suarez.

- Romero, Luís Alberto (2001). Breve historia contemporánea de la Argentina. Buenos Aires: FCE.

Imagen de portada: La Carta del Maestro (2021), talla en MDF, 160 x 90 cm, América en colores, colección Malvinas es porque está.